Con gran entusiasmo y bajo la coordinación de la Unidad de Proyección Social, junto al apoyo invaluable de estudiantes comprometidos, se llevó a cabo la Feria de Salud Mental en la comunidad «Miraflores», San Miguel. Esta iniciativa transformadora tuvo como objetivo principal fomentar la salud mental a través de actividades lúdico-recreativas diseñadas para enriquecer el aprendizaje, fortalecer vínculos y generar momentos de alegría compartida entre familias y niños.

La feria utilizó una metodología de carrusel que permitió a los equipos de estudiantes aplicar lo aprendido en clase de manera práctica. Entre las actividades destacaron los payasos terapéuticos, quienes fomentaron la empatía y el buen humor, y los artistas, que introdujeron a los niños al arte terapia mediante el dibujo y la pintura, fortaleciendo habilidades motoras. Los deportistas y piratas incentivaron el movimiento a través de ejercicios de coordinación, mientras que los científicos estimularon la lógica y la memoria con juegos interactivos. Por su parte, las hadas y pinta-caritas trabajaron en la gestión emocional, y los cantantes y poetas alentaron la expresión verbal y artística con karaoke, poemas y cuentos.

El impacto de estas actividades fue notable, creando un ambiente lleno de alegría y motivación para los niños y niñas participantes. Cada experiencia ayudó a conectar la diversión con aprendizajes significativos, transformando la jornada en una celebración del bienestar emocional y físico.

Docentes y estudiantes reflexionaron sobre cómo estas actividades permiten vincular la teoría con la práctica, destacando que el verdadero aprendizaje va más allá de los resultados y se encuentra en el proceso mismo. La importancia de crear recuerdos positivos y fomentar la integración familiar se subrayó como uno de los logros más significativos de la feria.

La comunidad de «Miraflores» recibió esta iniciativa con entusiasmo, participando activamente en cada actividad y fortaleciendo los lazos familiares. Tanto organizadores como asistentes destacaron la importancia de estas experiencias en la vida cotidiana, evidenciando que pequeñas acciones pueden tener un impacto duradero.

En conclusión, la Feria de Salud Mental no solo brindó un espacio de recreación y aprendizaje, sino que también subrayó el compromiso de los organizadores con el bienestar comunitario. Este tipo de actividades refuerzan la conexión entre la teoría académica y el impacto social, dejando una huella positiva en las familias y promoviendo un enfoque integral hacia la salud mental.